Lo que comes hoy en día, incluso los alimentos considerados saludables, está basado en estudios corruptos financiados por grandes corporaciones. Pero hay un camino real hacia una dieta que:
Mejora tus hormonas.
Te hace sentir mejor.
Mejora tu salud y apariencia.
Aquí te mostramos cómo hacerlo sin mentiras ni trucos, solo información clara y directa.
Huevos
Carne roja
Lácteos crudos
Frutas
Nuestros ancestros cazadores-recolectores basaban su alimentación en carne y frutas naturales. Estas deberían ser las bases de tu dieta.
Los carbohidratos con almidón están sobrevalorados. Olvídate de combinaciones como pollo, arroz y brócoli.
En lugar de carbohidratos procesados, las frutas son una fuente natural y saludable de energía y nutrientes.
Prefiere lácteos A2 crudos en lugar de los pasteurizados A1.
Los lácteos A1 generan inflamación y son difíciles de digerir.
Los A2, especialmente de cabra o oveja, son ricos en nutrientes biodisponibles y enzimas digestivas.
Si no tienes acceso a leche cruda, opta por quesos crudos.
Evita los aceites de semillas (ricos en ácido linoleico) que causan inflamación crónica y dañan tu sistema digestivo.
Cocina con manteca, aceite de coco, mantequilla (alimentada con pasto) o ghee.
No cocines con aceite de oliva; úsalo solo para aliñar.
Para perder grasa: Ayuna una vez por semana durante 36 horas.
Para aumentar músculo: Ayuna una vez al mes para promover hormonas beneficiosas y mejorar la digestión.
Evita comer 2-3 horas antes de dormir para optimizar la producción de hormonas mientras descansas.
Más energía y mejor humor.
Mejor rendimiento físico.
Incremento en la ganancia muscular y pérdida de grasa.
Mejora en la salud digestiva y general.
Si deseas transformar tu vida, comienza con estos simples pasos. La consistencia y la calidad de los alimentos que consumes harán toda la diferencia.