Tu músculo puede estar fuerte, pero si tu fascia está rígida… tu cuerpo está limitado.
Hoy descubrimos uno de los grandes olvidados del entrenamiento: la fascia.
Un tejido conectivo que:
Envuelve músculos, órganos, huesos y nervios
Transmite fuerza y energía
Influye en tu movilidad, fuerza, postura y recuperación
Dolores crónicos y tensión
Reducción en amplitud de movimiento
Menor eficiencia muscular
Mayor riesgo de lesiones
Prepárala antes de entrenar
Mejora el deslizamiento entre capas
Duchas frías → reduce inflamación
Calor local → mejora la circulación fascial
Libera restricciones y “nudos”
Mejora la hidratación del tejido
La fascia funciona mal cuando está deshidratada
Ayuda a relajar la fascia torácica y abdominal
Estimula la fascia en múltiples direcciones
Mejora control corporal y elasticidad
La fascia está altamente inervada
Afecta y es afectada por el estrés mental
Cuídala, y estarás también cuidando tu mente
💥 Si quieres moverte como un atleta, recuperarte como uno y prevenir lesiones,
NO olvides entrenar y cuidar tu fascia.
El músculo trabaja en equipo, y la fascia es el sistema de coordinación.
¿Quieres una infografía visual de esta guía de la fascia?
Responde con “¡Activa mi fascia!” y te la envío. 🌀: